Tras la escritura de La noche americana, un libro breve que me llevó años de recopilación, quedé con ganas de seguir trabajando en ese estilo: algo de ensayo literario, algo de autobiografía, algo de poesía, una forma de decir que me llevó mucho tiempo de prueba y error y que todavía no siento dominar.
Entonces me puse a pensar, y en eso apareció el día.
No es tan fácil escribir sobre el día: la noche es un espacio mucho más “literario”, mucho más sugerente, si se quiere. Pero la luz tiene su fuerza y sus adoradores y pronto fui encontrando un camino para delinear su historia poética: algo que tiene que ver con el silencio, con el blanco, con la visión (mística y no).
Después, preparándome para un viaje a Niza, me di de lleno contra un cortometraje de una media hora de Agnès Varda que se llama Du côté de la côte (1958), una belleza de la que solo ella, maestra de lo luminoso, era capaz. Y me encontré con este fotograma, que solo pude conseguir subtitulado en inglés:
“Buscando el sol, encontraron el olvido”, una sentencia perfecta para ese recorrido que iba trazando con dificultad, ese momento clásico, de perfección, de abandono al cuerpo, el placer de la playa, la fiesta del carnaval, la alegría y la ebriedad, y de pronto el sentimiento de olvido, que es la desaparición y es la feliz disolución de uno, esa máquina de parecer.
Y, después, Emily Dickinson. Ya había escrito sobre su poema 69 en un par de ocasiones, pero hace poco vi, en una cuenta de Twitter que adoro, un poema-carta que la poeta le manda a su cuñada Susan, con quien se sabe tenían una relación mucho más que epistolar.
Dice la carta, en un fragmento:
Pero Susan es todavía una extraña.
Aquellos que más la citan
Jamás escalaron su Casa Embrujada
Ni revelaron su Fantasma.
La traducción es apurada, y mala, pero no importa: hay algo tan poderoso en ese uso de imágenes del gótico, en esa construcción de lo secreto, de ese centro inaccesible del otro como lo encantado, que su fuerza perdura incluso arruinada la rima.
En eso pensaba: en encontrar en un lugar impensado lo que no se buscaba en un principio.